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Según la tradición, en el año 40 d.C., el apóstol Santiago se encontraba predicando en Hispania (la actual España), pero su labor evangelizadora se encontraba con obstáculos y desánimo. En ese momento de desaliento, la Virgen María, que aún vivía en carne mortal en Jerusalén, se le apareció en un sueño al apóstol Santiago.
En esta visión, la Virgen le dijo a Santiago que se dirigiera a Zaragoza, donde ella aparecería para darle ánimo y fortaleza en su labor evangelizadora. Santiago llegó a Zaragoza, donde, según la leyenda, la Virgen María se le apareció sobre un pilar de jaspe. La Virgen le dio instrucciones a Santiago para que construyera una iglesia en ese lugar en su honor.
Aunque inicialmente Santiago enfrentó dudas y escepticismo, pronto la Virgen realizó un milagro para confirmar la veracidad de su aparición: el pilar de jaspe apareció ante los ojos de los lugareños como prueba de la autenticidad del relato de Santiago. Inspirado por este milagro, Santiago y los lugareños construyeron una iglesia alrededor del pilar, que se convirtió en el origen de la actual Basílica del Pilar.
Desde entonces, la Basílica del Pilar se ha convertido en un importante centro de peregrinación y devoción mariana, y el pilar original se encuentra dentro de la iglesia, siendo objeto de fervorosas visitas y plegarias de los fieles que acuden en busca de consuelo, esperanza y milagros. Esta leyenda es una parte fundamental del patrimonio religioso y cultural de Zaragoza, y ha perdurado a lo largo de los siglos, inspirando a creyentes y visitantes de todo el mundo.